Lamb of God dio una demostración de poder sencillamente bestial en su concierto del 8 de abril en Caracas, Venezuela. El brutal despliegue de los liderados por Randy Blythe sirvió para demostrar con creces, el porque son hoy día una de las principales referencias en el mundo del metal pesado. No te pierdas este review con fotos exclusivas de este brutal toque.
Desde la misma prueba de sonido, el primer golpe al bombo
fue una advertencia, la tierra tembló en ese momento -Oh, Oh! Lo que se nos viene no está fácil- pensamos muchos de los que allí estabamos.
Puntuales también, tan solo media hora después de Hatebreed, sale Lamb Of God destruyendo todo a su paso con Desolation, seguida de Ghost
Walking, ambas de su último disco Resolution.
La advertencia de la prueba de sonido se quedó corta, esta banda sonó como camión
desbocado sin frenos.
Le siguió Walk With Me In Hell, canción en la que Blythe comienza su interacción casi imparable con el público. Set to Fail y Now You´ve Got Somethig To Die For, también fueron de las más celebradas por el público. Celebración que no se limitó a aplausos nada más, el Wall of Death -la gran olla típica de los conciertos de Lamb Of God- era una licuadora gigante tritura huesos que no dejo de estar activa ni un segundo.
Ya para la sexta canción, Ruin, Randy Blythe hace
una dedicatoria que nos dejó perplejos, -Dedicated
to Barrio Petare, mother fuckers- palabra más, palabras menos fue lo que
dijo, ya un par de horas antes, vía twitter algunos nos enteramos de su visitaa Petare, pero no nos imaginábamos la impresión que le había causado.
La interacción entre Blythe
y Willie Adler es constante en
escena, buena comunicación. Siguieron trallazos bestiales Hourglass -en lo personal mi
preferida-, The Undertow y Omerta, después cuando el vocalista
promete un tema rápido se desata Contractor
y ya la olla gigantesca es una locura brutalmente insana para ese momento.
Después hay agradecimientos hacia Hatebreed: “Hemos girado
miles de veces con ellos pero siempre es jodidamente genial” y Adler dispara
un par de acordes de Live for This,
pero es The Number Six la canción
que realmente suena y con la siguiente Laid
To Rest salen a tomar el acostumbrado descanso.
El público casi no los pidió de regreso, no hubo prácticamente
aplausos ni gritos por Lamb Of God,
la demostración de cariño de este público se daba donde tenía que darse: En la
Olla, El Wall Of Death.
Sale de vuelta Randy
Blythe pidiendo aplausos para las bandas locales y pidiendo apoyar la movida
local, excelente detalle!... Para arrancar de nuevo con In Your Words, un pequeño preview para lo que vendría después Redneck, uno de los más esperados y
poderosos de la noche.
Cuando Blythe anuncia Black
Label, la última canción, se abrió la olla más gigante y mortal que se ha
visto en Venezuela en los últimos 20 años –Hace
20 años la de Pantera fue casi del tamaño de un estadio, casi insuperable-.
Así como el mar, cuando se retira la marea para castigar después
la costa con un tsunami, así se replegó la casi totalidad de público que asistió
a ese concierto, ante la mirada atónita de la banda en pleno, a lo lejos daba
el efecto que se habían quedado solos en el escenario. Nadie, absolutamente nadie podía quedar
indiferente, recuerdo especialmente la cara de Willie Adler, era un poema.
Al sonar el primer acorde chocan brutalmente las fuerzas destructivas del tsunami de gente: música
y agresividad, solo la voz de Blythe en ese momento describe lo que sucedió: Holy Shit… Look
at this Shit!!!!. Algo que definitivamente veremos en el documental que se
estaba grabando.
Un gran concierto que termino también repentinamente, ante
una despedida llena de agradecimientos de parte de la banda. Descomunal la
banda, brutal el público y nuevamente pido un aplauso para la organización,
queremos más y lo apoyaremos.
@simpsonymous